El Carrión a su paso por Palencia, deja escenas tan pintorescas como esta. La imponente verticalidad de la Catedral palentina contrasta con la estructura horizontal de los Puentecillos, asomándose al río. Sus aguas en calma generan reflejos continuos, tejiendo naturaleza y arquitectura.
Acuarela sobre papel de algodón. 61×46 cm.